Los vecinos temen los riesgos para la salud de las tres líneas eléctricas
que pronto rodearán a la localidad naveta.
«No queremos una demostración experimental en nuestro pueblo. Los científicos advierten de la gravedad de estar expuestos a la alta tensión, y no queremos ver dentro de unos años cánceres o malformaciones en los fetos. Queremos vivir».
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